El aburrimiento puede convertirse en un perfecto punto de partida, una tábula rasa, para dejar de ser el principal enemigo cuando parece no haber nada que hacer. De la misma manera que en la edad adulta el aburrimiento puede ser un perfecto aliado para reflexionar y poner en orden nuestro pensamiento y encontrarnos con nuestros sentimientos, en edades más tempranas podemos convertirlo en un momento ideal para hacer crecer nuestra creatividad, sin necesidad de hacer uso de aparatos electrónicos ni conexiones a internet.
Desde que nacemos no paramos de explorar y descubrir, así crecemos, la curiosidad hace que podamos llegar a lugares y vivir momentos inesperados, esta es una forma de adquirir no sólo conocimeintos nuevos si no de descubrir a través de la práctica, lo que influye a su vez en nuestra autoestima y en la seguridad que tenemos en nosotros mismos.
La creatividad implica dejarse llevar por los sentidos, si además la ponemos en marcha en grupo, también implica dejarse llevar por los demás, poniendo en juego el respeto y el sentido crítico.
Poner alas a la imaginación es muy importantes para sentirse libres.